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Cine Braille

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Todos estos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia

DAVID LEBÓN, PARADO EN MEDIO DE LA VIDA

David Lebón fue integrante de unos cuantos de los grupos más importantes de la escena rockera argentina (La Pesada, Pappo's Blues, Color Humano, Pescado Rabioso, Polifemo, Serú Girán), y durante la primera mitad de la década del '80 fue uno de los principales solistas del género. Sin embargo, para buena parte del medio, la mejor obra de este brillante guitarrista y vocalista es su primer trabajo solista, titulado simplemente David Lebón, de 1973. Aquí va una revisión de ese disco, tan apreciado por gente como Gustavo Cerati, Charly García, Fito Páez, Pedro Aznar, León Gieco, Fabiana Cantilo, Ariel Minimal, Carca o Daniel Melero.

 

ESPERANDO NACER
La familia de David Lebón da para una nota por sí sola. El padre, una especie de Isidoro Cañones de carne y hueso, falleció cuando David era pequeño. La madre era hija de rusos y nació circunstancialmente en China porque sus padres huían de la Revolución de Octubre. Fue espía británica en la Europa ocupada por los nazis; enviudó por primera vez la noche de su primer casamiento, a los 19 años, cuando su esposo emprendió una misión aérea de la que nunca regresó. Cuando amanecían los '60, tan particular mujer tuvo un ofrecimiento laboral, nada menos que adiestrar en paracaidismo a los soldados que irían a Vietnam, y partió hacia Miami, llevándose con ella a sus dos hijos: David y Lidia.
En Estados Unidos, el adolescente Lebón vivió la invasión del rock británico, encabezada por los Beatles, a los que vio en vivo en el famoso recital del Shea Stadium. Los siguieron Rolling Stones, Hollies, Animals, The Who y otros grupos menores que ayudaron a la juventud norteamericana a tomar conciencia de sus propias raíces musicales. La respuesta no fue menos inspirada: el Dylan de su etapa eléctrica, los Byrds, The Doors, Hendrix, The Mothers of Invention, Grateful Dead, el Verano del Amor de 1967... David pronto comenzó a tocar la batería, y luego el bajo y la guitarra, sacando los solos de George Harrison mientras pasaba los discos de los Beatles en 16 R.P.M.
En 1969, un joven Lebón se volvió a Argentina y sintió el contraste como una cachetada: aquí se podía ir preso por tener el pelo largo, o por tener un porro en el bolsillo. ¡Ni hablar si la policía pescaba a algún chico en ácido! David no estaba muy impresionado con la música en su país de nacimiento hasta que un día vio a Almendra en vivo, y quedó impactado con la poesía, la musicalidad y la presencia escénica de Luis Alberto Spinetta.
SUÉLTATE ROCK AND ROLL
Tras frecuentar durante un buen tiempo la amistad de algunas figuras del pequeño ambiente rockero de entonces, en especial Héctor Starc, futuro guitarrista de Aquelarre, David consiguió un día que lo dejaran participar de una zapada: después de verlo (y oírlo) Pappo lo invitó a tocar en la grabación del primer disco de Pappo's Blues, y Billy Bond, en el primero de La Pesada del Rock and Roll. Durante el resto de 1971 también tocó con Pappo en España en una formación pirata, por así decirlo, de Los Gatos. En 1972 ingresó a Color Humano como ¡baterista! Pero duró poco: chocaba permanentemente con su líder, el guitarrista y ex Almendra Edelmiro Molinari. Entonces se cruzó un día con su primer ídolo, el Flaco Spinetta, quien se había quedado sin bajista en Pescado Rabioso tras la partida de Bocón Frascino. Pronto comenzaron a simpatizar: David no sólo se incorporó al grupo sino que también se fue a vivir con Luis, compartiendo con él desde interminables charlas hasta... señoritas dispuestas a ser compartidas.
David odiaba la ropa juvenil de entonces, y es por eso que a menudo se lo veía con camisas o zuecos de mujer, que le parecían mucho más interesantes y que le daban un glam look, un poco al estilo de Marc Bolan o del David Bowie de entonces. En la película Hasta que se ponga el sol, se lo puede ver en un show de Pescado, con una apariencia que era tanto o más fuerte aún que la música de la banda. Lebón cantaba entonces (y como los dioses) uno de los grandes temas del grupo, "Despiértate nena", además de tocar el bajo, y ganaría aún más espacio cuando se grabara Pescado 2, el brillante segundo disco. Porque había empezado a componer canciones.
EL TIEMPO ES VELOZ
David suele decir que Spinetta aprendió de él cómo vestirse, y que él aprendió a componer viéndolo al Flaco. La primera canción que escribió, la simple pero hermosa "Hola dulce viento (Mañana o pasado)", emocionó tanto a Luis la primera vez que la oyó que se largó a llorar. El tema fue grabado para Pescado 2, del que quedó afuera un gran tema compuesto a medias del que se perdió todo rastro, "Ella flota por mí": nunca fue grabado y apenas salió a la luz en algún recital perdido de alguno de ellos.
Sucedió lo que tantas veces suele afectar a las bandas de rock: apareció una mujer. David conoció a Liliana Lagardé, su primer gran amor, y la relación con Luis ya no fue la misma. El Flaco se volvió a la casa de sus padres en la calle Arribeños, pronto se sumaron desavenencias musicales, las infaltables cuestiones de egos, y en el otoño de 1973 Pescado Rabioso se terminó. Si bien Spinetta lanzó a las pocas semanas un nuevo disco atribuido a la banda, el notable Artaud (una de las cumbres del rock argentino) se trata en realidad de una obra solista.
YO QUIERO TOCAR Y NO MOLESTAR
Después de Pescado, David participó en algunas sesiones de grabación de la gente del círculo de La Pesada, y como parte de pago, Jorge Álvarez y Billy Bond, que estaban encantados con su voz y su solvencia instrumental, le ofrecieron grabar una placa solista. Álvarez y Bond producirían por esos años una gran cantidad de álbumes, como los de La Pesada, Vida de Sui Generis, Cristo Rock de Raúl Porchetto, el de Alejandro Medina, el de Kubero Díaz, el de Jorge Pinchevsky, los de Claudio Gabis, una nueva versión de La Biblia de Vox Dei. David Lebón sería una de sus gemas.
Para grabar el disco durante el camporista otoño del '73, dice la leyenda, Billy Bond bloqueó por una semana el estudio Phonalex y se sacó de encima al técnico de grabación presentándole amigas y prestándole un departamento. Esto es algo que el Bondo niega terminantemente: por esa época, Bond y Álvarez hacían y deshacían en Phonalex. Si bien Lebón tocó casi todos los instrumentos en casi todos los temas, hay algunas apariciones de invitados del Bondo: Pappo (¡piano en "Treinta y dos macetas"!), Alejandro Medina (bajo), Isa Portugheis (batería) y un entonces muy joven y deslumbrado Charly García (teclados). El guitarrista jazzero Walter Malosetti (el padre de Javier, el brillante bajista) pasaba por el estudio y Bond lo invitó a grabar un solo, que según Lebón después reutilizaría en un tema de La Pesada... (Que es " Año 1939"). ¡La xenocronía de Frank Zappa pero comiendo empanadas con cerveza Quilmes!
Los temas fueron, casi todos, compuestos y grabados en aquella sola semanas. Sus nombres tienen algunas interesantes características: tienen una extraña musicalidad ("Envases de todo", "Dos edificios dorados") y muy poco que ver con sus letras, en las que Liliana colaboró activamente. Son resultado de la severidad de las normas de registro de temas de entonces: no se podían usar nombres que llevaran a confusión con canciones ya registradas. Así, Pescado Rabioso tiene sus "Panadero ensoñado" o "Petiribí" y Charly García, unos años más adelante, su "No se va a llamar mi amor", burlándose de esas reglas. De hecho, debemos a Charly la anécdota de que los títulos fueron improvisados por Liliana en el momento de registrarlos en SADAIC.
ROCK DE LOS CHICOS MALOS
El resultado son nueve temas desparejos, como ha sido siempre la carrera de Lebón, pero algunos de ellos son bellísimas joyas que no se parecen a nada que se escuchara por ese entonces en el rock argentino. Las influencias más perceptibles tal vez podrían ser Spinetta, los primeros discos de Neil Young y Elton John, y tal vez, arriesgo, "All things must pass" de George Harrison. David es el autor de todas las canciones, que, empero, figuran registradas como compuestas por él y... Liliana Lagarde.
David Lebón abre con un maravilloso tema acústico, "Hombre de mala sangre", de inspirada melodía e interpretación vocal, cuya letra plantea un "basta" a la experiencia de las drogas (en sintonía con "Todas las hojas son del viento" del Spinetta de Artaud, o "The needle and the damage done" de Young). Se convirtió en un clásico del rock argentino, con unas cuantas versiones diferentes (Flopa Manza y Minimal, Las Blacanblús, los propios Lebón y García para "Música del alma", antes de darle forma a Serú Girán).
Siguen una zapada grupal, "Envases de todo", y otro magnífico tema, "Dos edificios dorados", cuyo groove entre fumón y funky, en mi humilde opinión, empequeñece a las otras versiones más rockeras que se han grabado (la del ya citado "Música del alma", la de Serú Girán en vivo en 1992, la de Charly para "El aguante"). El oyente atento pude descubrir que el riff de guitarra tiene algún "parentesco" con el de Eric Clapton en "Layla".
"Tema para Luis" es un mensaje de afecto para Spinetta, a la vez que un recordatorio de que Lebón quería un mayor espacio propio como compositor (una de las razones que rompieron Pescado Rabioso). El piano que se escucha en el tema es tocado por el propio David, que entonces no sabía hacerlo: hace poco contó que estuvo días para aprender a interpretar el tema... "Nube cien" es una bella canción, y "Treinta y dos macetas", como se ha dicho, no tiene nada que ver con recipientes para plantas. (Billy Bond aprovecharía que Serú Girán grabó una nueva versión más funky en 1978, nunca editada, para incluirla en su Billy Bond and The Jets, renombrada "Toda la gente").
"Casas de arañas" es una de las mejores canciones de David Lebón, límpidas guitarras acústicas y soberbias voces y una gran melodía. Sigue un blues con solo de guitarra de cuerdas de acero a cargo de Malosetti, "Copado por el diablo" (que Charly toca al piano en el comienzo de la película Adiós Sui Generis) y cierra con otra linda canción acústica, "Te cubrirás de soledad".
NO CONFÍES EN TU SUERTE
El disco (presentado en un recital en el Teatro Ópera en setiembre de 1973) no pasó desapercibido para el ambiente rockero, aunque estuvo lejos de ser un éxito comercial. Durante 1974 David Lebón sería frecuentemente invitado por Charly para ser el guitarrista en vivo de Sui Generis, integraría brevemente el grupo Espíritu como tecladista (!), participaría de la grabación de La Biblia que se menciona más arriba y se uniría a la comunidad del Maharashi. Con otros devotos, formaría el grupo Lila, que llegaría a editar un simple hoy inconseguible y por el que cualquier coleccionista pagaría lo que fuese. Entre finales de 1975 y fines de 1976 David formaría un grupo que se cansó de llenar salas, Polifemo, y en 1977 otro que no tuvo mucha difusión pero que dejó maravillados a todos los que lo vieron y oyeron en vivo, Seleste.
Charly García, que llevaba años encandilado con el talento y la voz de David, se decidió a convencerlo de hacer algo juntos, lo que logró tras algunos intentos infructuosos. Ambos participaron en un festival en el Luna Park en noviembre de 1977, en el que se grabó el nombrado "Música del alma", editado como placa recién en 1980, aprovechando el éxito de la banda que ambos armarían en el verano de 1978 en el paradisíaco pueblito brasileño de Buzios: Serú Girán. Banda que en sus primeros tiempos completaría su repertorio en vivo con nuevas versiones de aquellos hermosos temas que emocionaran a Charly cuando lo llamaron a interpretarlos en los teclados: "Hombre de mala sangre", "Casas de arañas", "Treinta y dos macetas", "Dos edificios dorados".
Pero esa es otra historia.
 
[Nota: en octubre de 2008 se agregaron los vínculos a versiones de los temas citados en YouTube]
[Nota de marzo de 2010: otro análisis del disco, perteneciente al blog Il Corvino, puede leerse haciendo clic aquí]